4. Saltar en la cama
Resulta que por algo nuestros padres nos regañaban de pequeños por saltar en la cama. Esto no sólo puede provocar lesiones graves, sino que también puede cambiar la estructura interna del colchón: aparecerán protuberancias en él. Saltar también debilita los muelles y daña el armazón de la cama.
5. Cambios poco frecuentes de la ropa de cama
Las fundas de almohada, las sábanas y las fundas nórdicas acumulan sudor, suciedad y pequeños residuos, así como alérgenos contenidos en las células de la piel de las mascotas. Por ello, conviene cambiar la ropa de cama cada semana o, al menos, cada quince días. Las colchas y las fundas de almohada decorativas también cuentan.
6. Falta de luz solar
Por supuesto, no se trata de una flor que necesite vitalmente la luz del sol. Sin embargo, la exposición periódica a la luz solar puede mejorar el estado de su colchón.
Los rayos UV matan el moho y las bacterias, y la luz solar sirve como un “desodorante” casero natural que destruye el mal olor.
7. Diseño inadecuado de la cama
Para elegir el colchón perfecto, es importante tener en cuenta la construcción del cuerpo. Una cama con fondo de listones (láminas) o de muelles es adecuada para la mayoría de los colchones tradicionales. Los modelos ortopédicos modernos, densos y pesados, requieren una base más firme. Para saber qué es lo mejor para un colchón concreto, las instrucciones del colchón le ayudarán.
8. Almacenamiento inadecuado
Si quiere guardar su colchón, primero aspírelo bien, después colóquelo en una funda protectora especial y guárdelo en posición horizontal en una habitación con temperatura controlada.
Un garaje o un sótano no son lugares adecuados, ya que pueden provocar la aparición de moho y chinches, así como cambios en la estructura interna del colchón. Lamentablemente, entonces dejará de ser utilizable.
