1. Empieza a dormir con regularidad
Apagar el despertador un sábado está muy bien, pero una acción puntual no tendrá el efecto deseado. Si te sientes constantemente bajo de energía, quizá el problema sea la falta de descanso de calidad. Puede parecer que si dejas 4-5 horas para dormir, conseguirás hacer más cosas en un día. En realidad, con ese ritmo se ralentiza la velocidad de resolución de tareas. Además, la falta de sueño aumenta la ansiedad y debilita el sistema inmunitario: todos estos factores no son los mejores para tu agilidad mental.
Los expertos creen que un adulto necesita dormir al menos 7 horas diarias, pero no es una recomendación general. Si su ritmo de vida está saturado, puede ser necesario aumentar la duración del descanso. También es importante prestar atención a la higiene del sueño. Por ejemplo, túmbate y despiértate a la misma hora, procura no utilizar aparatos en el dormitorio, no comas en exceso por la noche y no abuses de la cafeína.