Qué es la terapia cognitivo-conductual
Esencialmente, la terapia cognitivo-conductual (TCC) es una forma de cambiar tu actitud hacia la vida y hacia ti mismo basada en dos pasos importantes:
Toma conciencia (cognición) de dónde vienen los pensamientos, experiencias, hábitos negativos. Evalúa cómo afectan a tu vida. Encuentre las falacias lógicas, las distorsiones cognitivas que le causan preocupación. Hazte la pregunta “¿Por qué elijo el sufrimiento en lugar de la alegría?”.
Cambia tu comportamiento para eliminar las experiencias negativas centrándote en las positivas.
Los problemas en la vida personal, la ansiedad social, el estrés prolongado, los trastornos alimentarios, los complejos psicológicos que interfieren en la vida… todo ello puede tratarse con ayuda de la terapia cognitivo-conductual.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que la TCC no es una píldora mágica. No eliminará un problema objetivo existente. Por ejemplo, si padece el hecho de que su nariz es demasiado grande, seguirá igual. Si estás asustado por tu divorcio, tu pareja no volverá corriendo a pedirte disculpas. Si padeces un trastorno de ansiedad grave o depresión clínica, la psicoterapia no sustituye a la medicación.
Pero la terapia cognitivo-conductual puede enseñarte a tomarte los problemas con más calma o incluso a volverlos a tu favor. Por ejemplo, una nariz grande puede ser la causa de su sufrimiento o puede ser lo más destacado de su aspecto.