Cómo funciona la terapia cognitivo-conductual
La idea básica de este tipo de psicoterapia es la siguiente. Su estado psicológico no depende de la situación estresante como tal, sino de cómo se relaciona con ella. El terapeuta le enseñará a distinguir entre los distintos tipos de emociones, a entender cómo su mente pasa de una a otra y a centrarse en las positivas.
Un ejemplo sencillo: te han invitado a una fiesta. En esta ocasión, puedes tener estos pensamientos y experiencias
“¡Suena divertido! Estarán mis amigos y además conoceré a gente nueva e interesante”. Experiencias: anticipación, alegría, entusiasmo.
“Las fiestas no son lo mío. Hoy dan un nuevo capítulo de mi serie favorita, prefiero quedarme en casa, no quiero perdérmelo”. Experiencia: neutra.
“Nunca sé qué hacer o decir en estos eventos. Me obligarán a volver a hacer un brindis, haré el ridículo y se volverán a reír de mí”. Experiencia: ansiosa, negativa.
En resumen: un mismo acontecimiento puede provocar emociones muy diferentes. Cuál elegir depende de ti. Tienes que hacer consciente el proceso de elección. Es como en una tienda: te ofrecen emociones que cuestan lo mismo, ¿con cuál te quedas?
Para ayudarte a sentirte un “comprador de emociones” racional, el terapeuta hará lo siguiente.
Enseñarte a identificar los pensamientos negativos.
Es decir, a captar qué estás pensando exactamente cuando empiezas a sentir ansiedad. Por ejemplo, la tesis “se reirán de mí” es negativa.
Ayuda a evaluar y cuestionar la negatividad
Evaluar significa preguntarse: “¿Va a ocurrir realmente lo malo que me asusta? Y si ocurre, ¿tendrá realmente consecuencias catastróficas? ¿Quizá no sea tan malo?”
Te enseña a sustituir los pensamientos negativos por otros realistas
Una vez identificados y analizados los pensamientos preocupantes, hay que sustituirlos por afirmaciones más racionales y realistas. Por ejemplo: “¿Quién me va a hacer brindar? No bebo nada y no pienso levantar la copa”.
Con qué rapidez puede funcionar la terapia cognitivo-conductual
Averiguar por qué una situación le pone nervioso probablemente le llevará tiempo. Y también llevará tiempo entrenar al cerebro para que elija las emociones adecuadas -las que son tranquilas y alegres- de entre un “surtido” de emociones.
Se tarda una media de 5 a 20 sesiones de psicoterapia en comprender y cambiar el comportamiento.
Sin embargo, la duración del trabajo con un psicoterapeuta es una cuestión individual. Si sus problemas psicológicos son pequeños, dos o tres reuniones con un terapeuta pueden ser suficientes. Y alguien tendrá que visitar a un especialista durante años. Es imposible predecir los plazos de antemano. Pero, como señalan los expertos, por término medio, la terapia cognitivo-conductual produce resultados perceptibles más rápidamente que otros tipos de tratamiento.
La TCC tiene otra ventaja: las reuniones con un psicoterapeuta pueden celebrarse en línea, y no serán menos eficaces que las presenciales.